Chubasco en seco

“[...] Mientras corría junto a los palacios, extrañamente alegre, empezó a llover. Qué idea, después de todo, ¡esas pequeñas formas! Me perdería contándolas. ¿A quién se le ocurrió primero? ¿Cómo se lo describió a los demás? En el mar también llueve. No golpea a nadie.” Anne Carson ¿Cómo podemos invocar la lluvia donde ya no cae? Chubasco en seco es una instalación sonora de la artista Lucila Garza que responde a este deseo. Para Espacio Cabeza, la artista presenta setenta y cinco cajas musicales intervenidas, que suenan al unísono, recreando el canto de la lluvia y la polifonía de su caída. Esta evocación de la lluvia se convierte en una memoria distante en medio del estrés hídrico que atraviesa el noreste de México y la crisis climática global. Siguiendo un proceso experimental, la artista manipuló los peines y mecanismos de cada caja musical hasta lograr un sonido seco y ahogado, similar al de una gota de agua cuando golpea una superficie metálica. La instalación debe activarse manualmente, implicando la necesidad del gesto corporal para generar el sonido, un tema central en la obra de Lucila. Este sonido, disperso y envolvente, nos enfrenta con la fragilidad de la relación entre el territorio y el agua. Chubasco en seco no solo apela a los sentidos, sino que también plantea una reflexión profunda sobre el vínculo entre cuerpo y sonido, transformando el ruido en una partitura de memoria colectiva. La obra nos invita a escuchar un pasado que resuena en un presente de incertidumbre hídrica. Rosela del Bosque