Castillos en el aire

Impulsada por el aire que emana un ventilador, una mecedora se inclina hacia atrás y hacia adelante. Pencas de maguey aparecen suspendidas y en cuya morfología vemos emerger tapas de latas de cerveza. Los restos de una mecedora aparecen como las líneas de un dibujo, y un templo elaborado con cajas de cerveza es erigido en el aire. En Castillos en el aire, primera exhibición individual de Carlos Lara (Monterrey, 1994) en la ciudad de Guadalajara, se despliega un cuerpo de obra que articula los sueños, los fracasos y las promesas del proyecto político de la modernidad en relación con las condiciones de posibilidad del trabajo obrero. El peso de la crisis (2018) forma parte de una serie de esculturas en acero, elaboradas a partir de las mecedoras tipo Monterrey, diseñadas en la década de 1970, las cuales fueron utilizadas y moldeadas por el cuerpo de los obreros que sobrellevaron y redoblaron sus horas laborales durante las crisis económicas de 1976, 1982 y 1994. El artista obtuvo estas mecedoras mediante intercambios entre los obreros, lo que denota la circulación y la materialización de un valor simbólico. Al utilizar estas mecedoras, se cristaliza la red de esfuerzos y desgastes que yacen detrás de las promesas de la cultura del trabajo. El cuerpo del obrero se erige como cincel al aplicar una fuerza específica para desbastar la materia de la mecedora, lo que implica una reconfiguración de su potencial significativo. La escultura representa la dualidad del obrero, quien, al igual que las mecedoras, oscila entre el trabajo y el ocio. Para Atardecer dominical (2019) se evoca una existencia serena, cuando la costumbre era sentarse en las mecedoras, en un porche, junto a una ventana o en la puerta principal, para experimentar el aire fresco y observar la calle. A Lara le interesa la mecedora Monterrey como un elemento que se encuentra en algún punto intermedio entre la modernidad y el progreso. Este objeto, que se justifica a través de su materialidad, es una manifestación de la industrialización del país, mientras que su aparición durante las crisis financieras evidencia su función: proporcionar descanso a los obreros exhaustos. En contextos de ingesta de alcohol, es permisible particularmente para los hombres, permitirse mostrarse vulnerables, llorar o expresar sus afectos. En Como tobillo de albañil (2022), se utiliza el cemento por su materialidad rígida y la transparencia del vidrio en analogía a los sentimientos que afloran después del consumo de estas bebidas. El título, de carácter coloquial, remite a la formación de hielo en el exterior de los envases de cerveza debido a su baja temperatura, que visualmente se asemeja a los tobillos de los albañiles manchados de cemento. A finales del siglo XIX, cervecerías fundadas por extranjeros adoptaron la identidad de emperadores prehispánicos como parte de su identidad y mercadotecnia. La cervecería Cuauhtémoc decidió lanzar la cerveza Indio, con la finalidad de que los indígenas se identificaran con la bebida, la cual previamente estaba reservada para la burguesía y los extranjeros. En Templo indígena (2022) se utilizaron cajas de un doce de cervezas Indio para dar lugar a una nueva visión en el paisaje, en la que se hace referencia a la salida del sol o la puesta del sol en un templo. En Cuauhtémoc (2023) se presenta una instalación conformada por cinco pencas, que en su forma y color, remiten al logotipo de la cerveza Indio en lata. A la llegada de la industrialización en México, se implementaron regulaciones, impulsadas por el Estado mexicano que cuestionaron la salubridad e higiene del pulque, lo que puso en entredicho los conocimientos tradicionales, los cuales se vieron sometidos a un sistema institucional mediado por procedimientos burocráticos que se basaban en parámetros técnicos y científicos para su producción. A través del tiempo, el agave y sus derivados, como el pulque, han sido entendidos como una manifestación espiritual y una herramienta de subsistencia para las comunidades campesinas. Su valor como alimento rico en nutrientes fue fundamental en la dieta hasta el siglo XIX, mientras que su función de proporcionar una bebida que evitaba la deshidratación en tiempos de escasez de cosechas fue esencial. Además, esta bebida sirvió como una forma de fortalecer los lazos sociales, compartiendo con los compadres campesinos y siendo consumida incluso por mujeres en lactancia y trabajadores agotados. Para entonces el presidente Adolfo López Mateos, como parte de su proyecto de modernización y desarrollo estabilizador, estableció en 1960 el Patronato del Maguey. Este organismo tenía como meta impulsar la investigación relacionada con el pulque con el afán de mejorar su industria, en línea con la política a favor de la industrialización. Para la serie Joyas Prehispánicas, las piezas Arqueologías (2023), Cuauhtémoc (2023) y Concha nácar (2023) se ha creado una serie de mosaicos empleando trozos de latas de cerveza, que han sido dispuestos sobre cajas de cartón pertenecientes a las marcas de cerveza Indio y Dos XX. La serie busca revertir el enfoque de mercadotecnia utilizado por la Cervecería Cuauhtémoc, la cual utilizó la imagen de la cultura prehispánica para promover la venta de cerveza. En esta ocasión, se han utilizado elementos de la industria cervecera para explorar de nuevo la cultura prehispánica. Como resultado, se han obtenido mosaicos que evocan la imagen de brazaletes y máscaras con incrustaciones de jade, oro y concha nácar.